jueves, 26 de mayo de 2011

La tumba del calderonismo y el sistema segun Makiavelo!!!

La fortuna, o dígase la Providencia, es árbitro de la mitad de nuestras acciones, pero también que nos deja gobernar la otra mitad, o, al menos, una buena parte de ellas. El príncipe que no se apoya más que en la fortuna cae según que ella varía. Es dichoso aquel cuyo modo de proceder se halla en armonía con la índole de las circunstancias y que no puede menos de ser desgraciado aquel cuya conducta está en discordancia con los tiempos. Cuando ha llegado para el hombre de temperamento fríamente tardo la ocasión de obrar con calurosa celeridad, no sabe hacerlo y provoca su propia ruina. Si supiese cambiar de naturaleza con las circunstancias y con los tiempos, no se le mostraría tornadiza la fortuna. Si la fortuna varía y los príncipes continúan obstinados en su natural modo de obrar (…) serán desgraciados no bien su habitual proceder se ponga en discordancia con ella
Maquiavelo, El Príncipe, capítulo XXV