lunes, 26 de marzo de 2012

El Respaldo del Papa a Felipe Calderon

El jefe de la Iglesia católica, llámese, nuestro Papa, se convertió en el principal aval del gobierno de Calderón. Con su visita ha dado el mayor espaldarazo que en su gestión ha recibido el presidente Calderón por su lucha emblema: la batalla contra el crimen y el narcotráfico. Ese aval no es más que un grosero acto de proselitismo y campaña electoral a favor del gobierno de Calderón, de su partido y, por consecuencia, de la candidata del partido azul, Josefina la Mota Fina. Pero seguramente habrá quienes tengan sus dudas del rostro político-electoral del viaje papal y del valor electorero del discurso de Benedicto XVI. Y para esos incrédulos, Les comento que el Papa llega a México una semana antes de que arranque, de manera formal, el proceso electoral para elegir al próximo Presidente mexicano. A partir del próximo sábado el proceso electoral tiene como premisa —en su esencia—, el juicio popular al gobierno saliente, es decir, al gobierno de Felipe Calderón. Y cuando el gobierno que será sometido a juicio de los electores mediante el voto —el gobierno de Calderón— recibe el aval de jefe mundial de la Iglesia católica —de Benedicto XVI—, sobre todo en Guanajuato, la casa de los panistas de la extrema derecha, entonces podemos suponer que el Papa se ha convertido, en los hechos, en un promotor no sólo del gobierno de Calderón, sino del voto a favor del PAN. Un Presidente católico Además. En El discurso del Papa, el Presidente mexicano estuvo lejos de pronunciar un discurso de bienvenida para un jefe de Estado —porque Benedicto XVI es el jefe del Estado Vaticano—, sino que pareció rendir un informe del estado que guarda el virreinato católico en que convirtió Felipe Calderón al Estado mexicano. Y es que el Presidente mexicano empezó por enumerar los flagelos casi bíblicos que —según Calderón— enfrentan los mexicanos. Dijo que “los mexicanos sufrimos” la mayor crisis económica global en décadas, la violencia despiadada y descarnada del crimen, sequías, inundaciones, terremotos… todas ellas la moderna versión de las plagas bíblicas. Sin embargo, y a pesar de todos esos flagelos —según dijo Calderón con un orgullo inocultable—, “México está de pie”. ¿Y por qué está de pie? Poca cosa, “porque es un pueblo con valores y principios que cree en la familia, la democracia y el amor a los demás”. Pero el Presidente católico Felipe Calderón no se quedó en eso. Comparó al pueblo mexicano con la roca sobre la que se construyó la Iglesia católica. Dijo: “México está de pie porque es fuerte como la roca”. Pero tampoco fue todo. Luego de pasar revista a sus “logros” como gobernante, Calderón le dijo al Papa que su visita “reconforta el alma de los mexicanos”, ya que “es un gesto de solidaridad”, además de que las palabras del Papa “serán de consuelo y renovarán la esperanza de un pueblo en el que vivimos más de 93 millones de católicos”. El Presidente utilizó la primera persona cuando habló de los católicos. Por eso llamó la atención que mientras Calderón apeló a la vigencia del Estado laico, el Presidente mexicano alardeó de su fe católica durante un acto protocolario del Estado mexicano. y eso significa que el propio jefe de las instituciones mexicanas invalida, en los hechos, la responsabilidad laica del jefe de las instituciones. Habrá que hacer mas midificaciones a nuestra Carta Magna para evitar estos resbalones