lunes, 13 de junio de 2011

El Ejército por la Libre!!!

Veamos la otra cara de la moneda, en el caso Hank Rhon


Si efectivamente, como asegura Poiré, Calderón no supo del operativo que se realizó en la csa de Hank Rhon hasta que fue consumado, es algo gravísimo. ¿Por qué? Nos indicaría entonces que el Ejército puede irse por la libre, entrar a una casa sin orden de cateo o de aprehensión, sin consultar al Comandante Supremo y avisarle hasta que el operativo finalizó.

Eso sí que sería terrible: que el Ejército no tomara en cuenta ya al Presidente, y estuviera actuando de manera autónoma y unilateral.

Preocupante también que un vacío de poder presidencial fuera llenado por decisiones militares.

Los soldados sabían sobre quién iban y el efecto político que iba a provocar la detención de Hank Rhon.

Dicen en el gobierno federal que no se le puede estar informando al Presidente de todas las detenciones.

Seamos serios: la captura de un “pez gordo” que se apellida Hank no es noticia de todos los días. Es, nada menos, la detención política más importante en lo que va del sexenio.

¿No lo entendió o no lo quiso entender el Ejército?

Por lo demás, el calderonismo enfrenta un momento clave: o soporta jurídicamente la acusación de acopio de armas o, como señalan los expertos, deja libre a Hank porque el proceso está viciado de origen, pues no se presentó orden de cateo.

No nos extrañe que en Washington apoyen al gobierno de Calderón con información contra Hank Rhon.

¿Quién sigue?



En la cárcel está el ex gobernador de Chiapas, el ex priista y aliancista azul-amarillo Pablo Salazar Mendiguchía, quien se declara en huelga de hambre.

“De aquí me sacan inocente o muerto”, advierte.

Como sea, cayeron un priista y un ex priista-aliancista.

¿Por qué no en un perredista?

¿O, inclusive, en algunos panistas, como el ex gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, o en los enriquecidos hermanos Bribiesca Sahagún?

Hablaría bien del Presidente. Esto solo se trata de desquebrajar el camino del priísmo hacia la recuperación de los pinos!!!

Llamada anónima

El caso Hank muestra tantas cosas que marchan de mal en peor en el país.


En primer lugar, la versión de la denuncia anónima no es sostenible. No lo es porque no se ha especificado en dónde se recibió la supuesta llamada anónima que implicó tan impresionante y eficaz operativo.

¿Se recibió en el 066?, ¿en la Policía Federal?, ¿en la Zona Militar?, ¿en Seguridad Pública estatal o municipal?

Es poco creíble que, ante la llamada anónima de denuncia de cualquier ciudadano, se despliegue a un contingente de cuando menos 50 elementos de fuerzas especiales del Ejército.

¿Acaso en cada llamada anónima se reacciona de esa forma? De ser así, se expondría a las fuerzas federales a ser manipuladas de forma muy sencilla por el crimen organizado, ya sea con el fin de distraerlos o de emboscarlos.

Pero sobre todo sorprende que el Ejército haya actuado solo y no en auxilio de otras fuerzas civiles.

Sorprende, porque implica una acción inconstitucional.

Al día de hoy, ante la ausencia de una ley reglamentaria en la materia, el único sustento legal que tienen las Fuerzas Armadas para participar en tareas de seguridad pública son las tesis de jurisprudencia que emitió la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 1996 a propósito de la acción de inconstitucionalidad 1/96 promovida, entre otros, por el entonces diputado Leonel Godoy.

Al interpretar la Constitución, los ministros establecieron que el Ejército sí está constitucionalmente facultado para actuar en materia de seguridad pública, siempre y cuando lo haga acatando órdenes del Presidente de la República y en auxilio de las autoridades civiles competentes.

Pero lo que se desprende hasta ahora del caso Hank es que éste no fue un operativo circunstancial, sino que fue planeado.

No se realizó el operativo en auxilio de alguna autoridad civil competente que hubiere solicitado el apoyo de las Fuerzas Armadas; es decir, que el Ejército actuó por su cuenta, sin la colaboración de alguna fuerza de seguridad pública o de procuración de justicia.

Pero lo más alarmante es si se realizó acatando órdenes del Presidente de la República o no.

Si en estas circunstancias tan poco claras y difíciles de desvincular del escenario político-electoral, el Presidente estaba enterado del operativo, esa es sin duda una mala noticia.

Pero si el Presidente no estaba enterado de este operativo militar es una peor noticia porque implicaría que el Comandante Supremo no está en control de las Fuerzas Armadas.

¿De verdad, Alejandro Poiré, el Presidente no sabía nada del operativo “AM” en contra de Hank?