Eso sí que sería terrible: que el Ejército no tomara en cuenta ya al Presidente, y estuviera actuando de manera autónoma y unilateral.
Preocupante también que un vacío de poder presidencial fuera llenado por decisiones militares.
Los soldados sabían sobre quién iban y el efecto político que iba a provocar la detención de Hank Rhon.
Dicen en el gobierno federal que no se le puede estar informando al Presidente de todas las detenciones.
Seamos serios: la captura de un “pez gordo” que se apellida Hank no es noticia de todos los días. Es, nada menos, la detención política más importante en lo que va del sexenio.
¿No lo entendió o no lo quiso entender el Ejército?
Por lo demás, el calderonismo enfrenta un momento clave: o soporta jurídicamente la acusación de acopio de armas o, como señalan los expertos, deja libre a Hank porque el proceso está viciado de origen, pues no se presentó orden de cateo.
No nos extrañe que en Washington apoyen al gobierno de Calderón con información contra Hank Rhon.
¿Quién sigue?
En la cárcel está el ex gobernador de Chiapas, el ex priista y aliancista azul-amarillo Pablo Salazar Mendiguchía, quien se declara en huelga de hambre.
“De aquí me sacan inocente o muerto”, advierte.
Como sea, cayeron un priista y un ex priista-aliancista.
¿Por qué no en un perredista?
¿O, inclusive, en algunos panistas, como el ex gobernador de Morelos, Sergio Estrada Cajigal, o en los enriquecidos hermanos Bribiesca Sahagún?
Hablaría bien del Presidente. Esto solo se trata de desquebrajar el camino del priísmo hacia la recuperación de los pinos!!!