lunes, 3 de septiembre de 2012

Yo Soy PRIísta por que....

Digo esto, con el debido respeto que merecen los partidos políticos que por diferentes caminos luchan por el bien y el progreso de México, a continuación expongo algunos de los motivos y razones que tengo como militante PRIísta, para sentirme orgulloso de pertenecer a esta organización. Habemos quienes concemos a la perfección la historia, ideología y principios de nuestro instituto político, y estamos convencidos de la razón de su existencia, porque sabemos bien que hay metas por las que se luchó en la Revolución de 1910 que no han sido cabalmente satisfechas y demandan un continuo apoyo a las causas populares, lo que ha motivado que ciudadanos por encontrar las respuestas necesarias, pertenezcan a una organización como el PRI, comprometido con las causas del pueblo, los intereses de la nación y los principios e ideología de la Revolución Mexicana, plasmados en la Constitución Política de nuestro país. Nuestro pueblo actualmente se encuentra inmerso en un mundo globalizado e interdependiente, en el que lamentablemente se están perdiendo los conceptos tradicionales de soberanía, fronteras geográficas e identidad nacional, y tenemos que navegar en un horizonte confuso en el que la corriente universal nos arrastra hacia una competencia con naciones de economías dispares, en la que se consolidan potencias económicas mundiales que invaden los mercados de los países más débiles, haciendo cada vez más amplia la brecha entre los pocos que todo lo tienen y los muchos que carecen de lo básico. Éste es el mundo en el que nos ha tocado bregar, con sus ejes de poder económico y comercial, concentrados en 25 países que actualmente integran la Unión Europea, en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, que tiene una tendencia continental y en el Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico, que domina la economía asiática, con sus cuatro tigres de Oriente: Japón, Corea del Sur, Taiwán, Singapur y un coloso emergente como China, que cada vez más, abarca importantes mercados fuera de su área geográfica, en una competencia desigual, con un bajísimo costo de producción de los artículos que exporta, gracias a un régimen interno de corte estatista y una economía exterior capitalista. Éste es el universo en el que nos desenvolvemos. Han cambiado las configuraciones geopolíticas de los países, como la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas que se dividió en 15 repúblicas autónomas, Checoslovaquia que se fraccionó en la ahora República Checa y Eslovaquia, así como Alemania, dictatorialmente dividida al término de la Segunda Guerra Mundial, para finalmente reunificarse y buscar su destino común. También se han presentado invasiones armadas de potencias bélicas movidas por intereses políticos y económicos, como las que han sufrido Afganistán e Irak, y como consecuencia de ello, se han registrado actos de terrorismo en Estados Unidos, España e Inglaterra, creando un futuro deshumanizado sin rumbo de convivencia pacífica, en el que la ley del más fuerte es la que impera. El México actual es muy diferente social, económica y políticamente al que se enfrentó a una dictadura porfirista en la primera revolución social del siglo XX, que como todos sabemos inició el Apóstol de la Democracia: Francisco I. Madero; revolución que en su evolución progresista dio origen en 1929 al Partido Nacional Revolucionario (PNR), que nueve años después, en 1938 se transformó en el Partido de la Revolución Mexicana, el que apoyó la expropiación petrolera y los programas sociales de la Revolución. Al término de la Segunda Guerra Mundial, el 20 de enero de 1946, se constituyó el Partido Revolucionario Institucional (PRI), para transitar de la época de los caudillos a la época de las instituciones, y con fundamento en la Constitución de 1917, sustentar la ideología y la forma de pensar de los priístas que a grandes rubros podemos resumir en tres apartados: 1.- Estamos en contra del estatismo que trata de resolver todo y por todos. 2.- No estamos de acuerdo con el neoliberalismo que antepone los intereses del individuo a los de la sociedad y el Estado. 3.- Los priístas somos incluyentes y pugnamos por que se concilien los intereses y obligaciones del individuo con los de la sociedad y el Estado, en un marco de avance económico, político y cultural, para procurar el bienestar de todos. Nuestro partido, en su permanente evolución, está impregnado de claroscuros con manchas que nos irritan y nos desprestigian, y de principios, valores y conquistas que nos motivan y estimulan. Como toda organización humana, el PRI tiene defectos y es perfectible, pero no aceptamos que sea juzgado en tono inquisitorial, culpándolo de todo lo malo que acontece en el país y olvidando que la verdadera transición a la democracia fue la que se realizó a partir de la Revolución de 1910 (de la cual se originó nuestro partido), y que la gran mayoría de las instituciones que le dan sustento a nuestro país se constituyeron durante regímenes priístas y no, nacieron hoy como algunos pretenden hacerlo creer, sino que son producto de sucesivas generaciones. Los priístas nos esforzamos por consolidar lo positivo, eliminar lo que daña al país e incorporar lo que le hace falta. Por lo anterior y por muchas otras razones, tengo el orgullo de ser PRIísta y estoy consciente que la unidad en la diversidad es el camino. Unidad, unidad y más unidad, es lo que requerimos. Cuando la voluntad y la convicción se unen, lo que parece imposible es alcanzable.